Derechos sexuales y reproductivos

¿Cómo afecta psicológicamente el cáncer cervical a una mujer?

Afectación psicológica por el cáncer cervicouterino

Hablamos con Ruth Pachón, psicóloga de la Liga contra el cáncer, para entender un poco más cómo afecta este tipo de cáncer a la mujer y cuál es el apoyo que recibe, desde esta disciplina.

Cifras oficiales de Globocan, (Observatorio Mundial de Cáncer), anualmente se presentan más de 4.742 nuevos casos de cuello uterino y 2.490 muertes por esta enfermedad, siendo las más afectadas mujeres entre los 30 a 49 años.
 
Según el Instituto de La Liga contra el Cáncer la detección temprana del virus se identifica por medio de la prueba de VPH y teniendo en cuenta señales de alarma como flujo vaginal abundante o sangrado después de tener relaciones sexuales.
 
“Tenemos herramientas para combatirlo, pero no se utilizan: la vacuna contra el VPH, las pruebas de tamizaje y el control de los principales riesgos, como comenzar a temprana edad relaciones sexuales, tener múltiples parejas, y el no uso de preservativos. La educación sobre estos factores se debe basar en cómo prevenirlos con un lenguaje adecuado para jóvenes y mujeres que hayan comenzado su vida sexual, incluso, se debe vincular a los hombres, ya que la sexualidad es una responsabilidad de ambos”, asegura el epidemiólogo Diego Plazas.

¿Cómo afecta psicológicamente el cáncer cervicouterino?

Cuando a una mujer le diagnostican cualquier tipo de cáncer, como en este caso, el de cuello uterino, todas sus áreas se desestabilizan: la salud física, la salud mental, la espiritualidad, la capacidad de socializar, etc, y, es por esa razón, que paralelamente a todo el proceso médico al que debe enfrentarse, es necesario contar con un acompañamiento psicológico.

Al enfrentarse al diagnóstico la mujer pasa por una serie de etapas que pueden ser similares a un duelo. Al principio ingresa en un estado de shock, no sabe qué hacer, al pasar una semana empieza a analizar las soluciones que tiene su situación.

Entra en un proceso de negación y aceptación de todo lo que está pasando. Hay episodios de llanto, de angustia, de miedo, de animarse para visitar al médico, realizarse todos los exámenes y averiguar todos procedimientos a los que puede recurrir para vencer el cáncer. Durante el proceso se puede activar la ansiedad y la depresión.

Cuando se supera la enfermedad las decisiones giran entorno a cómo se retoma a la vida, qué cuidados deben tenerse, el miedo que existe por si vuelve a aparecer el cáncer o el virus del papiloma humano, se enlistan más cuidados con la pareja, la escala de alerta ante cualquier anomalía en el cuerpo crece, así como el miedo ante la experiencia de vivir todo el proceso por el que ya se pasó.

La importancia de exteriorizarlo

Ante un diagnóstico positivo es super importante hablar de los miedos que sentimos en familia, ese ejercicio ayuda a mitigar las emociones que no nos permiten estar o sentirnos bien. Llorar juntos no está mal porque es una forma de soltar, así como salir a caminar, respirar, bailar, cantar, o cualquier otra actividad que ayude a liberar y unir a la familia.

A veces las personas sienten que son repetitivas al hablar con alguien más sobre lo que sienten o piensen, consideran que generan solo quejas durante el tratamiento o que son reiterativos con los miedos y, al final, terminan no hablando con alguien, en este caso, es importante tener en cuenta que para eso son las terapias psicológicas, el especialista no se cansa de escuchar "el mismo tema, queja, miedo o situación que aqueja a la persona".

El cáncer y el estigma

Sabemos que el cáncer no es prendedizo, tiene cura; en muchos casos, pero todavía existe un estigma frente a la persona que tiene cáncer y con este tipo de cáncer cervicouterino, al estar relacionado con la sexualidad, existe más estigmatización. Por eso el miedo y las culpas a las que se enfrenta la persona.

El área emocional de un paciente es muy importante para el desarrollo de diferentes enfermedades y, sobre esto, también hay muchos estudios, es decir, como prevención es importante manejar las emociones, pues las personas que guardan, que sienten tristeza, tienen baja autoestima, son aceleradas, entre otras características cada una está caracterizada por diferentes enfermedades porque somos uno solo en mente y cuerpo.

Ir al psicólogo

La asistencia al psicólogo debe ser por iniciativa propia, así que cuando una persona decide visitar al especialista, este debe revisar en qué etapa del cáncer y el tratamiento está para ayudarle a manejar toda la explosión de emociones y pensamientos a los que se está enfrentando ante la vida, la muerte, la familia, los amigos y demás cercanos.

En el caso de las mujeres jóvenes el temor gira; además, en cómo enfrentar a su familia o a su pareja. ¿Por qué a la pareja? Muchas veces a raíz de estos diagnósticos se generan problemas de pareja porque para este tipo de cáncer la paciente, en algún momento, pasó por el virus del papiloma humano (VPH) y, ¿qué pasa en las parejas donde esto ocurre? empiezan a crearse ideas de que hubo infidelidad y salen a flote las inseguridades y los problemas.

¿Cuál es el trabajo psicológico?

Desde la psicología el objetivo es ayudar a que la mujer y su familia tengan una mejor calidad de vida, a comprender y sanar heridas, a mejorar las relaciones interpersonales, incluso, a crearlas fortaleciendo la comunicación, el empoderamiento y la adherencia al tratamiento al que se va a someter la mujer. 

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