Chantaje emocional: ¿qué es y cómo se puede detectar?
Puede que en ocasiones observemos a nuestro alrededor algunas acciones de comunicación de parejas, familias y amigos, como el chantaje emocional. Pero, cuando se trata sobre nosotros mismos, no es fácil notarlo, debido que, a veces, es muy sutil o podemos incluso estar accediendo a un chantaje sin ser conscientes de ello.
El chantaje emocional es una técnica manipulativa utilizada para conseguir que otra persona haga, diga o sienta lo que el chantajista quiere, para su propio beneficio. Explica Xenia García Romero, profesora en el Máster en Psicoterapia: Terapias de 3ª Generación en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
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A través del chantaje, en numerosas ocasiones, se persigue de una forma inadecuada e irrespetuosa la satisfacción personal.
Cuando queremos que nuestra pareja se sienta acogida y cómoda, somos más vulnerables a que podamos acceder a las manipulaciones sin darnos cuenta. “Jugar con la culpabilidad, los sentimientos y nuestras emociones es la clave para que el chantaje surta efecto. Aprovechándose del propio vínculo sentimental para ganar fuerza”, expresa el psicólogo Luis Gómez Olmeda, para la revista Vanguardia.
Esta es una forma inadecuada y agresiva de comunicación, en la cual el chantajista solicita una petición de cambio o ayuda, o simplemente expresa disconformidad y queja, con el objetivo de conseguir lo que quiere sin tener en cuenta los deseos del otro.
El eje del chantaje emocional está en generar culpa, malestar en el receptor y llevar a cabo una conducta de control sobre la otra persona, generando obligación y miedo. - Marta de la Fuente, Psicóloga Sanitaria en Área Humana.
Es habitual que asociemos el chantaje emocional con la manipulación, dado que es una práctica que pretende influir la voluntad de una persona con el fin de conseguir que actúe como se le pide y no como quiere y desea por sí misma.
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¿Cómo detecto el chantaje emocional?
Para que el comportamiento del otro pueda ser denominado “chantaje emocional” es preciso tener en cuenta estos cuatro componentes:
- La exigencia: Los chantajistas no siempre expresan con claridad lo que quieren, sino que pretenden que el otro lo adivine. Pero no es tan sencilla la ecuación, porque el chantajista le da tanta importancia al tema que la otra persona no tiene más alternativa que terminar cediendo o aceptando la situación.
- La resistencia: Cuando se piensa diferente al chantajista, este no se siente feliz, se enoja y hace que el otro se crea responsable por su tristeza. Se resiste a pensar como su pareja, su amigo, su padre, etc. No acepta nada que no sea como quiere o como le gustaría que fuera y, además, suele tomar distancia como señal de molestia.
- La presión: Cuando el chantajista se tiene que enfrentar a un carácter fuerte o decisión firme, es cuando comienza a actuar de una manera más directa. Esto ocurre en el momento en que le cuesta conseguir lo que desea. Presiona todo el tiempo hasta que el otro cambia de parecer, discute, reclama, llora, grita o se enoja.
- La amenaza: Si aún así no puede conseguir lo que quiere, si ve que sus deseos se chocan con la negativa del otro, el chantajista comienza a contar cuáles pueden llegar a ser las consecuencias por esta decisión equivocada.
Recordemos que podemos estar pasando por una situación de chantaje emocional en cualquier tipo de relación, incluidas las que tenemos con nuestros padres, parejas o amigos. Por eso, es importante tener en cuenta que donde no nos sentimos cómodos con las actitudes manipuladoras o similares, donde sentimos una obligación al realizar cualquier acción en beneficio único de determinada persona, puede significar que algo no está bien y debemos poner límites. ¿Cómo decir 'no' de manera asertiva?