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Cinco consejos para sobrellevar unas conversaciones sanas en Navidad

Conversaciones Navidad
Erika Ariza
Erika Ariza

Psicóloga clínica

¿Por qué razón debemos evitar algunas conversaciones o frases en las reuniones decembrinas, pero además, cómo reaccionar frente a los comentarios malintencionados o no? Aquí te contamos.

Llegó la época decembrina y con ella, muchas ocasiones para reunirnos con familiares y amigos. Aunque esto es sinónimo de alegría para muchos, también puede ser el escenario preciso para interacciones sociales incómodas frecuentemente patrocinadas por algunos comentarios inapropiados que pueden generar controversia o malestar.

Por este motivo, te compartimos algunas ideas para hacer de las festividades un espacio más agradable para todos:

Evitemos comentar sobre el cuerpo de las personas

Ya que en diciembre solemos reencontrarnos con otros después de un largo tiempo, es normal que notemos ciertos cambios físicos en los demás. Sin embargo, ¿realmente es necesario comentar si observamos, por ejemplo, un aumento o pérdida en el peso?

Decirle a alguien que “está más rellenito” no solamente puede ser señalar algo que esa persona ya ha notado al vestirse o mirarse en el espejo, sino también detonar malestar emocional en torno a algo que no puede resolver de inmediato. Es posible, además, que la persona se sienta más cómoda en su cuerpo de esa manera, y por eso lo mejor es reservarnos este tipo de comentarios.

Pero si alguien baja de peso, ¿podemos decirlo? Idealmente, no. Hay muchas razones por las cuales alguien pierde peso, además de un cambio de hábitos. Pasar por un mal rato a nivel emocional, o estar atravesando alguna enfermedad también puede ser detonante de cambios corporales. Por este motivo, incluso si sentimos que estamos halagando a alguien, puede que la persona se sienta incómoda o desconcertada con nuestro comentario. 

En últimas todos tenemos una idea preconcebida sobre cómo deben lucir los cuerpos, pero es solo eso, una idea. Permitamos que cada persona viva sus procesos personales a su manera, y situemos nuestra atención en otro lugar.

Tampoco comentemos sobre la cantidad de comida que otro pone en su plato…

Tenemos muy interiorizada la costumbre de observar y comentar sobre cuánto come el otro, “¿Te vas a comer todo eso?”, “¿y la dieta?”, “acuérdate de que ayer te comiste tres buñuelos”. Desconocemos la relación de cada quien con su cuerpo y con la comida, y un comentario así, aún más en medio de una temporada en que usualmente la ingesta de comida aumenta, puede generar desde incomodidad hasta un fuerte malestar emocional que puede fomentar conductas de alimentación desordenada. 

Por las razones anteriores, en ninguna época del año es aconsejable juzgar lo que come otro.

Además, una de las cosas más anticipadas de esta temporada se basa en compartir comida deliciosa con nuestros seres queridos en novenas, Navidad y fin de año, y el objetivo no es opacar las interacciones armoniosas con los demás al hacerlos sentir vigilados y cuestionados.

Limitemos los temas que generan controversia o que puedan exponer al otro

Las fiestas no son el momento para discutir asuntos que sabemos que pueden producir controversia. Aunque todos tenemos nuestra posición y es respetable desear que se valore, lo más recomendable durante las reuniones de Navidad y fin de año es evitar conversar sobre problemas familiares anteriores y temas que generan discordia (deportes, religión, política…).

En la medida de lo posible, enfoquémonos en lo que nos une y no en lo que nos separa.

Además, siempre es bueno poner un freno a todas aquellas inquietudes que pueden hacer sentir a otra persona expuesta. No indaguemos a ese familiar o amigo si ya consiguió pareja, cuándo se va a casar, o por qué no quiere tener hijos. Y especialmente, evitemos hacer estas preguntas en público, pues podrían dar pie a situaciones incómodas.

Y entonces, ¿de qué hablar?

Con todo lo anterior puedes estar pensando que, según los psicólogos, ya no se puede hablar de nada en las reuniones. Entendemos que con mucha frecuencia estos comentarios no son malintencionados y hacen parte de nuestra cultura, de cómo nos comunicamos con otros, de cómo manifestamos nuestra preocupación. 

Te invitamos a conversar sobre anécdotas divertidas, sobre los logros del año, sobre aquello que quisieras compartir con tu familia, sobre lo rica que quedó la comida o sobre series y películas que todos disfruten. De nuevo, ¡enfoquémonos en aquello que nos une!

¿Qué pasa si soy yo quien recibe estos comentarios?

La primera sugerencia sería acercarte a esa persona en privado y, de manera muy asertiva, pedirle evitar esos temas o comentarios. Si deseas, puedes contarle también cuáles son tus razones y cuál es el impacto que tiene en ti.

Aunque las costumbres están cambiando, estas frases son de uso frecuente aún más en las generaciones de padres y abuelos, y por el tipo de relación que tenemos con ellos, no siempre nos es posible poner un límite de manera directa y explicar por qué estos comentarios nos pueden afectar. Es importante que no perdamos de vista que, por más que nos duelan o molesten, NO NECESARIAMENTE tienen esa intención, y son comentarios, no realidades.

En caso de recibir ese tipo de preguntas o comentarios, podemos intentar desviar la atención a través del humor. Un ejemplo de ello, si nos preguntan “¿Para cuándo los hijos?”, podríamos responder “cuando termine de criar a mi perrito” o “cuando yo termine de crecer”. Este tipo de respuestas, como cualquier otra, van a depender de nuestra personalidad y de las dinámicas que manejemos en familia, pero pueden ser una buena estrategia para evadir algunos temas incómodos. 

Algunas veces recibimos esos comentarios de personas con quienes tenemos una relación complicada, y nos es un poco más difícil creer que sus frases vienen de las mejores intenciones. Sin embargo, ya que el objetivo principal de las fiestas es disfrutar y compartir, durante la reunión te recomendamos no centrar la atención en todo lo que dice o hace la otra persona, y enfocarnos en aquellas personas o situaciones que nos generan bienestar. ¡Es válido tomar un poco de distancia!

Si todo lo demás falla y los comentarios superan tu comprensión de las costumbres, o de las buenas intenciones, cuando no se logra evitar temas que generan controversia y si en algún punto ya te es imposible no tomar los comentarios como algo personal, puede surgir conflicto.

Si eso sucede, siempre que sea factible, procura tomar distancia algunos minutos, ir al baño, tomar aire, lavarte la cara, hablar con alguien que pueda escucharte sin juzgarte y abordar el conflicto de la mejor manera. A pesar de lo anterior, entendemos que no todas las familias o comunidades son iguales. Recuerda que si todo lo anterior falla, en Porque Quiero Estar Bien estamos para ti.

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