¿Cuáles son las ventajas psicológicas de disfrazar a los niños?
Se acerca la celebración de Halloween y puede que surjan dudas sobre si realmente es bueno o no disfrazar a nuestros hijos. Por eso, te traemos algunos beneficios de fomentar esta actividad.
Disfrazarse en Halloween, más allá de la celebración, trae consigo varios de beneficios a nivel pedagógico y psicológico en el desarrollo cognitivo, de coordinación y a nivel psicomotriz en los niños, gracias a que el juego de disfraces fomenta la imaginación, el desarrollo del vocabulario y permite estimular la inteligencia en los niños.
Por eso, es importante conocer la perspectiva emocional, social, motora, cognitiva y fisiológica de los beneficios de los disfraces en cada etapa de la niñez.
La psicóloga, Conchita Otálora de Segura, experta en neurodesarrollo infantil, afirma que, es clave permitir al niño vivir cada etapa del disfraz.
Los niños hasta los dos años, eligen imitar a sus padres o familiares cercanos, después de eso, empiezan a disfrazarse de profesiones; médico, bombero o policía, son algunas comunes. Es sumamente importante que los padres dejen elegir a los niños de forma autónoma, los disfraces, incluso dejarlos crear sus atuendos en casa si ellos lo desean.
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Beneficios:
- Aprendizaje de simbolización y estimulación de creatividad: La simbolización hace referencia a la capacidad del ser humano de ir utilizando lo que el mundo externo le ofrece (cosas, personas, palabras) para sentirlo como una representación de algo suyo.
- Fomenta las habilidades lingüísticas: El juego de roles permite añadir nuevas palabras al vocabulario de los niños gracias a que describe la forma de comportamiento del personaje que van a interpretar y el día a día de este. De igual forma, esta actividad permite que los niños vean de manera divertida sus experiencias desde otro punto de vista e imiten situaciones que permitan empatizar de forma más directa con otros contextos.
- Vence miedos por la timidez: Los disfraces ayudan a interpretar nuevos personajes, de esta forma un niño puede desinhibirse con esta práctica. Sin embargo, en caso tal que un niño no se muestre receptivo al uso disfraces, no se recomienda forzarlo y, desde casa construir disfraces con herramientas sueltas.
“El disfraz fomenta la creatividad, ayuda en la socialización y favorece la coordinación psicomotriz fina y gruesa, además de influir en todo el desarrollo en cuanto a relaciones sociales, fomentando la creatividad, la autoconfianza y sensación de libertad” añade Conchita Otálora de Segura, Psicóloga de Children Sport.
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Es importante recordar que, estas actividades no deben imponerse a los niños, es decir, hay que fomentar la capacidad de decidir, por eso, también se debe preguntar si quieren hacerlo, y en caso de que sí, hacer pedagogía del personaje: quien es, por qué es popular, qué valores tiene, por qué le gusta ese disfraz y si se siente cómodo con él.