Relaciones

Manual para padres en un proceso de divorcio: consejos para tener en cuenta con los hijos

Padres discutiendo en un parque y su hijo se tapa los oídos para no escuchar. Su rostro demuestra tristeza.
Tatiana Rivera
Tatiana Rivera

Psicóloga clínica

Una separación es una decisión difícil, por lo que sienten los implicados y los hijos, en caso de que existan. ¿Cómo manejar esta situación sin hacerle mucho al otro y a ellos? Una experta aconseja.

Hiciste un proyecto de vida, te imaginaste cada etapa con esa persona y ahora no sabes que hacer. Enfrentas el hecho de que adicional a la ruptura existe la imposibilidad de colocar distancia con esta persona, en definitiva, porque tienen hijos en en común y esto hace que el contacto con el otro sea inevitable, por ende, no solo está el reto de superar este dolor sino de continuar trabajando juntos por la crianza.

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Esto no es fácil, incluso desde consulta familiar las separaciones y sus efectos en el bienestar de cada parte del núcleo son un tema de una frecuencia tan alta que hace que entiendas como terapeuta que la vida se pone compleja y dolorosa cuando una relación no funciona, lo cual usualmente empeora si hay hijos de por medio. 

Hablemos de esas familias que lo logran, sin duda ¡hay familias que te sorprenden! Alguna vez una mamá me dijo:

“sabes, hemos logrado que nuestro peque entienda que nunca tiene que elegir entre ambos, él sabe que seguimos siendo una familia”.

Sí, yo también me fui de para atrás ¿Cómo logra una ex pareja llegar a esto? Bueno, no fue la única que encontré un caso así, como ellos hubo varios que llegaban por dificultades comportamentales, hábitos, regulación emocional, pautas de crianza, pero entraban a consulta como equipo. La generalidad en esos casos la denominamos en los duelos como: ACEPTACIÓN

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La aceptación se parece mucho a cuando estamos tranquilamente en nuestras casas y detectamos un olor a gas, probablemente, lo que haremos será: detectar el olor, buscar la causa, encontrar una posible solución y, por último, aprender de ello y usarlo para prevenir o enfrentar la situación en el futuro, pero hay quienes al detectar el olor se niegan a creer que hay un problema, buscan culpables, se frustran porque existe esa fuga y dejan de lado el reconocimiento de que algo pasó y se debe atender.

Las familias que se encargan de la fuga buscando una solución guiada a la separación usualmente concluyen:

  • "Nuestra comunicación como pareja no funciona"
  • "Tus proyectos y los míos no son los mismos"
  • "Te enamoraste de otra persona, me enamoré de otra persona"
  • "Ya no nos respetamos"
  • "Los conflictos se están volviendo insoportables"
  • "No somos felices"
  • "Ambos somos libres de decidir no seguir como pareja"

Quienes no se encargan de la fuga se orientan a la NEGACIÓN, lo cual perpetúa el conflicto. El dilema es que si no atiendes la fuga hay daños nocivos para todos, incluso esa activación emocional que nos ayuda a detectar el problema (miedo porque hay una fuga o enojo porque alguien dejó abierta la válvula) se vuelve intensa y no cesa. La vida en la ruptura: ¿cómo sobrellevarla tras terminar una relación?

Tal cual como ocurre con las parejas que tienen dificultades para aceptar su divorcio, en esta forma de afrontamiento hay tanta resistencia a aceptar lo sucedido por ello no se encuentra una solución, y al final eso que contaminó la relación (carencia de límites, falta de reconocimiento, problemas de comunicación, dificultades para regular las emociones) continuará afectando la relación que le sigue al divorcio y de la que no hay resolución: LA CRIANZA

Sé que aceptar suena a un trabajo muy complicado, no te mentiré lo es, pero hay algunas estrategias que podrían ayudar a llegar a divorcios saludables: 

  1. Los hijos deben estar informados: bien sea un niño en edad preescolar, un niño mayor, un pre-adolescente o un adolescente muchos aspectos de su vida cambiarán así que es necesario dar información que aumente la predictibilidad, por ejemplo: el hecho de que papá y mamá no seguirán siendo pareja, el lugar en el que vivirá cada miembro de la familia, cómo se distribuirán los tiempos ahora, qué rutinas cambiarán, qué permanecerá igual, cómo será el día a día e incluso los posibles cambios económicos que se vivirán.
  2. Los hijos no deben saber más de lo necesario: pese al dolor que puedas estar sintiendo recuerda que tu hijo no es tu confidente, esto debe primarse ya que no tiene los recursos cognitivos y emocionales para cargar con tu experiencia emocional; además, el hecho de sentir que debe apoyar a uno de los dos puede crear grandes secuelas en el vínculo que tiene con ambos.  
  3. Compartan obligaciones: encargarse de salir al parque los fines de semana no es equivalente a afrontar los retos del día a día durante toda una semana. Así que es valiosísimo que ambos participen activamente en todo lo que implica formar.
  4. Sean un espacio seguro: nadie quiere contarle como se siente a una persona que no le mira a los ojos, que juzga sus sentimientos, que los minimiza o los ignora. Este es un momento crucial pues inevitablemente habrá dolor, permitan que sus hijos sean escuchados y puedan expresar cómo se sienten. Ansiedad infantil, ¿cómo reconocerla y ayudar a quien la padece?
  5. Fortalezcan su red de apoyo: las rupturas realmente desequilibran a cualquiera, es necesario contar con amigos, familiares y personas de confianza que les permitan recibir contención. 
  6. Unifiquen pautas de crianza: una herramienta fundamental es la conexión y la corrección, es importante que ambas partes estés disponibles y dispuestas a ofrecer apoyo emocional, que se interesen en cómo los hijos lo están viviendo; así mismo, es imprescindible que estén alineados con los límites que se colocarán en esta nueva dinámica.  
  7. Busquen apoyo profesional: si sientes que no lo puedes aceptar, que aún duele mucho hablar con la otra persona, si la vida se ha vuelto un campo de guerra en el que ambas partes luchan por tener la razón, es necesario que recibas apoyo, adicionalmente si se evidencian cambios emocionales, comportamentales o retrocesos en los hijos será importante consultar a un profesional. 
  8. El conflicto hace más daño que la separación en sí misma: si pese al agotador y conflictivo día te quedas para no dañar a tus hijos, replantea esta situación. Los niños y adolescentes requieren, como todo ser humano, estar en un ambiente seguro y los conflictos generan gran malestar emocional; por lo tanto, es mejor contar con unos papás con bienestar emocional a tener unos que no toleran estar en la misma casa. 

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