¿Por qué no es bueno automedicarse?
Psicóloga clínica
En los motores de búsqueda, como Google, predomina la indagación por algunos medicamentos para calmar la ansiedad y otras condiciones de la salud mental, ¿cuáles son los efectos de automedicarse? Una psicóloga responde.
El internet es uno de los medios más efectivos para encontrar información sobre cualquier tema en tiempo real, permitiéndonos conocer al instante datos sobre todo lo que pueda llegar a interesarnos, incluyendo la salud.
Y es justo por este medio que, muchas personas intentan recibir respuestas sobre los diferentes malestares que les aquejan, reemplazando así la visita al médico y el trabajo de los profesionales de la salud, en una búsqueda en línea que les informe qué padecen y cómo deben tratarlo. Esto de por sí es un gran problema, pero la situación empeora cuando lo que genera malestar y por lo cual se realiza la consulta, es alguna condición relacionada con la salud mental.
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Muchas veces, esa información encontrada puede inducir a conclusiones anticipadas de un diagnóstico de depresión, ansiedad o cualquier otra problemática en salud mental de manera muy sencilla. Paso seguido, se buscan cura, soluciones y tratamientos farmacológicos que prometen ser rápidos para el manejo de la condición que se cree tener.
En medio de la búsqueda se pregunta también sobre cómo acceder a estos medicamentos de control y cómo dosificarlos. Sin embargo, esto no es solo poco ético, es un peligro y nadie debería acceder a medicamentos psiquiátricos sin tener el aval y el acompañamiento de un profesional apto.
En este punto quiero dejar la claridad de que si bien un farmacéutico conoce los medicamentos, no puede prescribirlos, por esto el concepto en una farmacia no es válido adquirirlos.
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El riesgo de la automedicación
Quien opta por empezar a tomar estos medicamentos no entiende el bucle en el que acaba de entrar. Sin seguridad del diagnóstico comienza a tratar un problema de la forma más radical y, a la vez, la más peligrosa. No comprende los riesgos y contraindicaciones que conllevan muchos de esos medicamentos.
Por un lado, están las posibles reacciones adversas que puede haber con otros fármacos, y luego, los efectos secundarios. La lista puede ser larga, dependiendo del medicamento; pero puede incluir somnolencia, dolor de cabeza y hasta estreñimiento.
Adicional a esto, se encuentra con la dependencia y la tolerancia a estos medicamentos. Con el tiempo la dosis ingerida parece ser insuficiente, y luego no se puede considerar la vida sin ellos. Y, todo esto ocurre sin ninguna observación ni vigilancia médica.
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Realmente, en muchas ocasiones los medicamentos para tratar alguna condición psicológica son la última opción, y solamente se recurre a ellos con la indicación y el seguimiento de un psiquiatra, debido a alguna condición biológica que lo requiera.
Por otro lado, la terapia psicológica no se debe dejar de lado, pues en ella es donde realmente se trabaja en el manejo que se le puede dar a la condición con herramientas diferentes a los fármacos.
Hay que enfrentar a ese monstruo al que muchos le temen para aprender a convivir con él o abrirle la puerta para que se retire de nuestra vida.