¿Cuál es la diferencia entre la fobia y el miedo? ¿Cuándo es normal y cuándo no?
Psicóloga clínica
Una de nuestras especialistas resuelve esta pregunta que es común entre los internautas. ¿Tienes algún miedo o fobia frente a algo? Lee el siguiente artículo para despejar dudas.
A pesar de que el miedo no es la emoción más agradable, es natural, beneficiosa y una de las primeras que conocemos desde niños. Justamente, es ese mecanismo enfocado en la defensa y la supervivencia, lo que nos es útil para ayudarnos a responder ante ciertas situaciones con gran rapidez. Se podría incluso decir que es gracias a ella que hemos logrado sobrevivir como especie.
Es común que muchas personas le teman a los ratones, las cucarachas, el océano o las arañas, solo por nombrar algunos miedos comunes. Por otro lado, también es posible que alguna vez hayamos escuchado sobre alguien con fobia a las alturas, a la sangre o a algún animal como las serpientes.
¿Qué pasa cuando en vez de miedo hablamos de fobias?
Cuando hablamos de una fobia no nos referimos a ese miedo momentáneo al ver algún elemento desagradable que va a acompañado de un grito y unas risas posteriores.
Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5 o Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders por sus siglas en inglés) las fobias específicas son ese miedo intenso por un objeto o situación específica.
Una fobia se identifica por una ansiedad que es desproporcionada al peligro real que puede tener ese elemento. Por ejemplo, una persona con fobia a las mariposas puede presentar unos niveles de ansiedad extremadamente altos con solo ver una a lo lejos. Aunque se sabe que este insecto no es peligroso, quien vive la fobia no es capaz de concebir este hecho de forma racional.
También existen otras fobias como a las serpientes que sí son potencialmente peligrosas, quien tiene esta condición desencadenará una reacción intensa solo viendo la imagen de una serpiente en la televisión de su casa en una ciudad donde es casi improbable toparse con una.
Aquel que presenta una fobia reaccionará de forma particular frente a ese elemento y siempre va a evitar enfrentarse de cualquier manera. Aquí es donde comienzan a afectarse las distintas áreas de la vida. Para que lo sigas entendiendo, imagina que tienes fobia a los espacios cerrados y debes trabajar en una oficina pequeña, concebir la idea de tener que estar 8 horas diariamente en ese espacio es posiblemente algo inimaginable, por lo que puede que prefieras renunciar o tomar acciones como no ir a la oficina, y por consiguiente, se generen problemas laborales.
Una fobia va mucho más allá del miedo, se convierte en algo desadaptativo que puede afectar nuestra vida diaria. Mientras que el miedo es racional, la fobia puede no llegar a serlo, además de incontrolable; sin embargo, existe un tratamiento mediante las terapias de exposición que pueden ayudar a la persona a manejar su condición. Cabe recalcar que este es un procedimiento que debe ser realizado por un profesional que conozca el paso a paso para manejar esto de forma ética y efectiva, teniendo como prioridad siempre la seguridad y mejoría del consultante.