Efectos de la pandemia

Conozco que las probabilidades de contagiarme en un avión son menores a lo que pensaba

¿Las probabilidades de contagio en un avión son bajas?

Según los expertos, viajar en avión no representa una gran probabilidad de contagio. Aunque no se debe bajar la guardia con los cuidados.

En medio del COVID-19 muchas personas sienten miedo a la idea de subirse a un avión, pues creen que es un gran foco de contagio. Sin embargo, un grupo de expertos consultados por CNN señalan que hay muy pocos casos documentados de transmisión y que las posibilidades de contagiarse mientras se está a bordo de un vuelo son relativamente escasas.

Las afirmaciones las realizan luego de un caso registrado en el que alrededor de 328 pasajeros, más los miembros de la tripulación, fueron examinados para detectar el virus y dieron negativo, después de conocerse que, en ese vuelo del 31 de marzo, que partió en Estados Unidos y aterrizó en Taiwán, iban 12 personas sintomáticas.

Aunque se han presentado casos de pasajeros infectados que transmitieron el virus en un vuelo, las tasas son bajas, y se puede evidenciar en algunos estudios publicados como el de la revista médica JAMA Network Open, que encontró posible evidencia de la propagación durante un vuelo de cuatro horas desde Tel Aviv a Frankfurt, en marzo. Dos pasajeros desarrollaron infecciones después de volar al otro lado del pasillo de siete turistas que habían entrado en contacto con un gerente de hotel infectado y también se contagiaron, según investigadores del Instituto de Virología Médica de la Universidad Goethe en Frankfurt.

La única transmisión a varias personas a bordo que se conoce fue de un vuelo que salió del Reino Unido a Vietnam en el que un pasajero aparentemente propagó el virus a 14 personas.

¿Por qué el riesgo es bajo?

Porque el aire en las cabinas de los aviones modernos se reemplaza con aire fresco cada dos o tres minutos, y la mayoría están equipados con filtros diseñados para atrapar el 99.99% de las partículas.

Varios protocolos nuevos se han implementado con pasajeros y tripulación como: llevar siempre tapabocas, controlar la temperatura, limpiar la cabina intensivamente y limitar el movimiento en la cabina durante el vuelo.

Un estudio reciente, realizado por el profesor de Estadística en la Sloan School of Management del Instituto de Tecnología de Massachusetts, Arnold Barnett, muestra las probabilidades de infectarse con el virus durante un vuelo corto teniendo en cuenta la política del asiento del intermedio vacío.

Los vuelos que hizo fueron cortos dentro de EE. UU. en aviones configurados con tres asientos a cada lado del pasillo y, suponiendo que todos usen un tapabocas, el riesgo de contagiarse del virus en un vuelo completo es solo 1 de cada 4.300. Esas probabilidades caen a 1 en 7.700 si el asiento del medio está vacío.

“La mayoría de las cosas son más peligrosas ahora que antes del COVID-19, y la aviación no es una excepción - le expresó a CNN Travel - pero tres cosas tienen que salir mal para que te infectes (en un vuelo). Tiene que haber un paciente con el virus a bordo y debe ser contagioso. Si hay una persona así en tu vuelo, suponiendo que lleve una mascarilla, esta tendría que fallar para evitar la transmisión y también deberían estar lo suficientemente cerca como para que exista el peligro de contagio.

Barnett tuvo en cuenta todas estas probabilidades antes de determinar un riesgo de transmisión general en vuelos de dos horas dentro de los Estados Unidos. Así que el riesgo de que suceda en otras partes del mundo con pocos casos, sea el vuelo corto o largo, es menor. Tampoco hay mucha diferencia en términos de riesgo entre los pasajeros sentados en un asiento de pasillo o los que van en la ventana en un vuelo lleno, a pesar de que el que va en el pasillo pueda tener un riesgo ligeramente más alto porque tiene más personas a su alrededor.

“Estás en peligro por la gente sentada a tu lado en la misma fila, y en menor medida, las personas de la fila de atrás y la fila de adelante. Estadísticamente, el asiento de la ventana es un poco más seguro que el asiento del medio o el asiento del pasillo en un avión que está lleno. Pero no es una gran diferencia”, menciona el experto.

Lo que sí hará diferencia es que además de llevar el tapabocas, quienes viajen en avión usen careta, debido a que cubre sus ojos, nariz y boca, y disminuye el riesgo de que otros te infecten. Un nuevo informe de investigación de la Universidad de Edimburgo y la Universidad Heriot-Watt del Reino Unido, llamado Cubrimientos faciales, dispersión de aerosoles y mitigación del riesgo de transmisión de virus, concluye que el uso de la careta reducirá significativamente el riesgo de contaminación por COVID-19, siempre que se use tapabocas, pues los chorros de aire pueden filtrarse por los lados y la espalda, así como por la parte delantera de las mascarillas.

El informe, además, recomienda que “las aerolíneas deben hacer que los tapabocas sean obligatorios, y si se usan junto con ventanas de protección personal (PPW) y hay limpieza regular, el riesgo de contaminación se mantiene al mínimo - dice a CNN el coautor del informe, el Dr. Cathal Cummins, profesor asistente de la Universidad Heriot-Watt, Edimburgo - si las tres medidas son obligatorias, junto con una buena higiene personal, las aerolíneas pueden aumentar la protección de los pasajeros.

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