Once ejercicios que puedes emplear para dejar de sobrepensar y regresar al presente
Controlar los pensamientos puede ayudarte a prevenir altos niveles de estrés o a desarrollar ansiedad. Conoce qué ejercicios puedes emplear, ponlos en práctica y descubre cómo funcionan en ti.
“El pensamiento tiene siempre la última palabra. Somos esclavos de nuestros pensamientos y estamos a sus órdenes. Pueden ayudarnos a expandir nuestra vida o bien pueden limitarla. Esta es la diferencia entre los animales y nosotros, que tenemos el cerebro más desarrollado y donde se genera el pensamiento”, explicó a Europa press el psicólogo Tomás Navarro.
En ese sentido, Navarro considera que necesitamos un pensamiento que nos sane, que no nos enferme, y que no nos impida ser felices en el día a día: “Nuestro cuerpo es todo uno y el estrés está relacionado con el sistema inmunitario, por ejemplo. Entonces si interpretamos cosas que no son generamos un estrés innecesario, lo que puede llevar a enfermarnos en última instancia”, agrega.
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¿Pero realmente lo aplicamos? Quizá no tanto y por eso terminamos sobrepensando, sintiéndonos culpables, frustrados y cansados. La cuenta ‘My Healthy Mind Project’ explica que: "sobrepensar viene de estar en todos lados menos en el presente y que la ansiedad busca crear escenarios, en muchas ocasiones, para hacernos sentir que nos está 'protegiendo' de lo que puede llegar a suceder".
Por eso puede que le demos tantas vueltas a una situación y lleguemos a una conclusión y recibamos, como consecuencia, niveles altos de estrés, reducción de la creatividad e impedimento en la toma de decisiones.
¿Se puede trabajar en esto y cambiarlo?
Sí, de hecho hay varios ejercicios para realizar. Ponlos en práctica y ve descubriendo si todos se acomodan a ti.
- Acepta el pensamiento, si te resistes lo vas a pensar aún más.
- Pregúntate qué está en tu control y qué no.
- Concéntrate en tus cinco sentidos. Busca 5 cosas que puedas ver, 4 que puedas tocar, 3 que puedas escuchar, 2 que puedas oler y 1 que puedas saborear.
- Acepta que no tienes por qué controlar todo.
- Acepta el pensamiento y céntrate en soluciones. Si no existen empatiza con tu emoción.
- Haz respiraciones profundas, inhala en 4 segundos, sostenlo en 7 y suéltalo en 8.
- Recuerda que no eres tus pensamientos.
- Utiliza afirmaciones de 3 palabras: “estoy a salvo”.
- Identifica objetos de un color específico a tu alrededor.
- Presta atención a todos los sonidos que están a tu alrededor.
- Toca cualquier objeto que esté cerca de ti y presta atención a su sensación en tus manos.