¿El reggaetón produciría mayor actividad cerebral? Esto dicen los expertos
Es sabido que la música genera una importante actividad en nuestro cerebro. Pues bien, un equipo de investigadores de las Islas Canarias desarrolló un estudio que indica que el reggaetón, el género más escuchado hoy en día a nivel mundial, opera de una forma llamativa en el cerebro de sus escuchas.
Según el reporte de Los Angeles Times, el neurocirujano Jesús Martín-Fernández y el neurocientífico Julio Plata, del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, en Santa Cruz, Tenerife, fueron los encargados de dirigir el proyecto que analiza el comportamiento neuronal en relación con la escucha de distintos géneros musicales.
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El estudio se realizó a partir de una muestra de 28 personas y se llevó a cabo en el centro de investigación IMETISA, del mencionado hospital. La investigación en principio realizó un test de capacidades auditivas, de identificación melódica y rítmica, y posteriormente sometió a los sujetos a un análisis de resonancia magnética mientras estos escuchaban música de distintos estilos sin la parte lírica de las mismas, entre dichos estilos, música clásica, folclórica, electrónica y reggaetón.
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Al observar la activación de las zonas cerebrales encargadas de procesar tanto los sonidos como el movimiento (áreas auditivas y motoras), los científicos pudieron determinar que el reggaetón era el género con el que el cerebro mostraba mayor activación en estas áreas y en los llamados “ganglios basales”, una región primitiva del cuerpo humano que son las encargadas de comenzar y finalizar las funciones motrices, además de estar involucrados en el proceso de recompensa-placer.
Según explicó el estudioso al diario californiano, es en este tipo de ganglios donde se originan enfermedades como el Parkinson, cuando los niveles de dopamina disminuyen. Con su actividad, este riesgo disminuye.
Así pues, el reggaetón, un género de gran simplicidad técnica, tanto a nivel rítmico, o melódico como en su variedad tímbrica, a diferencia de la música clásica o el Jazz, por ejemplo, es un género que, precisamente por esa simplicidad y constante repetición rítmica y melódica, colaboraría en funciones cerebrales como las que observaron los científicos, puesto que el cerebro interpreta de manera más simple la composición y, en consecuencia, activa mecanismos motora de manera más fácilmente predictiva que cuando se escucha música clásica o jazz, que se configuran de modo contrario, impredecible o contraintuitivo.
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Finalmente, los investigadores asumen que es una investigación que tendría que tener un desarrollo mucho más amplio pero que funciona como un primer acercamiento para comprender el papel que puede jugar músicas populares en tratamientos de enfermedades como el Párkinson.