Dopamina: qué es y cómo influye en nuestro comportamiento
Un neurotransmisor opera en la llamada “sinapsis neuronal”, es decir, en los procesos en los cuales las neuronas establecen conexiones nerviosas entre ellas. La dopamina es comúnmente entendida como el neurotransmisor gracias al cual se regula la sensación de placer o displacer.
Un neurotransmisor esencial
No obstante las funciones de la dopamina son mucho más complejas, puesto que influyen, de una forma u otra, en la manera como funciona el cerebro en general, sus procesos vitales, cognitivos y emocionales incluidos.
Algunos de los procesos donde interviene más ampliamente la dopamina tienen que ver con el aprendizaje y la atención, el sueño, la regulación mnémica (memoria), la frecuencia cardiaca, el sueño, o con cogniciones relacionadas con la toma de decisiones y el sistema de recompensas.
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Tres formas de influencia de la dopamina
La dopamina parece estar en directa relación con las siguientes condiciones.
- Obesidad y sobrepeso: cuando las personas tienen una menor cantidad de dopamina en el sistema nervioso, necesitan ingerir una mayor cantidad de alimentos que sustituyan el estímulo placentero que recibiría el cerebro al degustar un alimento delicioso. Por lo tanto, bajos niveles de dopamina causarían que no se disfrute tanto de la comida y el cerebro necesite mayor cantidad de estímulo y de forma más frecuente, es decir, que se ingiera más comida, especialmente azúcares.
- Buena memoria: al ser regulador de la memoria, la dopamina está vinculada a la cantidad de tiempo que permanece la información en nuestra mente, es decir, cuanto podemos recordar. Es mediante la dopamina que nuestro sistema decide cuánto y cómo debemos recordar. Esta decisión tiene que ver también con la satisfacción que nos proporcione aquello que aprendemos. Generalmente cuando alguna información no está asociado a la satisfacción, el cerebro busca olvidarlo. Es decir, recordamos mucho mejor aquello que se asocia a una emoción positiva.
- Modo de ser: nuestra manera de ser parece también estar relacionada con la dopamina. Las personas más calmadas y sosegadas, seguros de sí mismos y con una buena capacidad de relacionarse con el entorno suelen ser personas con mejores índices de dopamina que las personas con dificultades en esas áreas, es decir, personas nerviosas o inseguras.
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