¿Cómo sanar la relación con la madre?
Además de reconocer la herida con la madre, debes trabajar en sanarla. Esto te permitirá tener una mejor calidad de vida emocional y física. Descubre aquí cómo hacerlo.
Para poder sanar estas heridas es necesario el reconocimiento y la aceptación de los miedos y las necesidades que se vivieron en la infancia.
Esto permitirá comprender las motivaciones que se tienen para querer agradar, buscar aprobación, intentar ser perfecto, querer llamar la atención o ser rebelde.
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Por otro lado, también se debe entender que la madre viene de una madre que, en ocasiones, no fue sostenida ni valorada. Comprender que ambas aportaron lo mejor que tenían y aceptar que hicieron lo mejor que pudieron con sus recursos emocionales es liberador y permite sanar.
Dejar de lado el resentimiento y el dolor respecto a las experiencias vividas y a su madre, no significa negar lo que vivió, sino que permite abrirse a ver las cosas desde otra mirada más amorosa y compasiva.
Si sientes que hace falta algo más, Sonia Barahona, coach de la herida materna, plantea un ejercicio de 'journaling' que te permitirá, a través de la escritura, romper con aquello que no te atreves a decir o reconocer:
- ¿Cuál es la versión de madre que añoras?
- ¿Qué es aquello que siempre has querido decirle, pero nunca te has atrevido?
- ¿Ante las palabras o acciones de mamá qué te dices, que te duele tanto?
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