Cinco ejemplos para empezar a utilizar la responsabilidad afectiva en la vida diaria
A través de algunos consejos puedes poner en práctica la responsabilidad afectiva en tu día a día.
Un grupo de mujeres mexicanas que busca reflexionar, de construir y sanar compartió algunos ejemplos, que aquí replicamos, y puedes poner en práctica para desarrollar o potenciar la responsabilidad afectiva.
Recordemos que la responsabilidad afectiva es el consenso, el cuidado y el diálogo de las emociones y los sentimientos que surgen en una relación de cualquier naturaleza.
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¿Cómo emplearla?
- Sé responsable de tus sentimientos, emociones y de la manera en la que los comunicas.
Ejemplo: debes reconocer que los celos que sientes son tuyos y eres tú quien necesita trabajar en ellos.
- Sé capaz de expresar claramente tus deseos o intensiones.
Ejemplo: expresa si lo que buscas en este momento con la otra persona es una relación abierta o no.
- Sé responsable de los vínculos que generas con los demás.
Ejemplo: comenta que aunque sea una relación abierta, te preocupas por sus sentimientos.
- Sé empático con tu pareja, con sus sentimientos y su manera de ver las cosas.
Ejemplo: puedes decir que aunque no piensas de la misma manera, entiendes lo que dice y siente, y lo tomarás en cuenta.
- Establece límites de manera clara y respetuosa.
Ejemplo: cuando lo desees puedes expresar que te encanta estar con él o ella, pero que necesitas o quieres pasar tiempo a solas con tus amigos o que lo o la quieres mucho, pero que cuando estás llorando no te gusta que te abracen.
Comunicarnos de manera empática y asertiva con la otra persona puede evitarnos malentendidos y malos momentos. Aprende a tener en cuenta las emociones y los sentimientos de las otras personas.
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