Terapias psicológicas

¿Puedes obligar a alguien a ir a terapia?

Dos hombres en un consultorio psicológico. El psicólogo observa al paciente que habla.
Catalina Botero
Catalina Botero

Psicóloga clínica

Dentro del papel de la red de apoyo se encuentra una línea delgada para pasar y se trata de pedir ayuda o no a un tercero. ¿En qué caso se debe pasar? Una experta habla sobre el tema.

Con mucha frecuencia llegan a los canales de atención de Porque Quiero Estar Bien personas preocupadas por el estado emocional o la situación mental de un amigo o familiar. Al comunicarse reportan que su ser querido se encuentra muy mal y que necesita atención profesional y que por esa razón se comunican, para solicitar una cita en su nombre. 

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Ese es un momento complejo, como psicólogos comprendemos la preocupación del usuario y sabemos que está actuando desde el amor y la preocupación que siente por el otro; sin embargo, no podemos brindar el servicio a alguien que no lo está solicitando. No podemos obligar a una persona, que no quiere o que no considera necesario, iniciar un proceso para tener una cita con un terapeuta.

Debido a un proceso social en el que hemos empezado a notar la importancia del cuidado de la salud mental, es probable que muchos seamos más conscientes de que hay situaciones que generan alerta y tengamos la mejor intención al querer ayudar a otros, pero no es tan sencillo. 

Existen aún muchas barreras sociales, como el prejuicio y la creencia de que buscar ayuda nos hace débiles, que perpetúan con el no querer buscar terapia. Así, algunos creen que sus problemas, particularmente, los relacionados con la salud mental deben ser manejados en privado, sin hablarlo con otros y, definitivamente, fuera de un entorno terapéutico; por este motivo, cuando llegan a terapia “obligados” por alguien más se evidencia que el proceso no sea exitoso.

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Desafortunadamente, hemos visto muchos procesos en los que no hay voluntad de cambio por parte del consultante y, debido a esto, la terapia no genera un impacto positivo e importante. 

Esto se debe a que una cita con el psicólogo es un espacio terapéutico en el que la persona debe estar con la disposición de hablar, aceptar que existen cosas que se pueden mejorar y a trabajar por ellas. En caso de que un tercero busque la atención o terapia es muy probable que quien la necesite aun no esté listo(a), ni dispuesto(a) a emplear las herramientas brindadas en consulta o cambios sugeridos por el psicólogo y lo único que se genere sea un aumento del malestar.

Por lo anterior, incluso en medio de la preocupación, no es conveniente que forcemos a una persona cercana a asistir a una consulta con psicología cuanto no quiere hacerlo, al final, la realidad es que solo somos responsables de nuestra propia salud mental, no de la de otros. 

Otra forma de ayudar

Existen algunas cosas que podemos hacer para ayudar a otros en momentos difíciles, acá te dejamos algunas recomendaciones:

  1. Puedes empezar por aprender e informarte más sobre salud mental. Si estás acá es porque el tema te importa y, probablemente, alguien cercano a ti está presentando alguna dificultad. No es recomendable que fuerces a esta persona a asistir a una consulta, pero si puedes empezar a leer y conocer un poco más sobre lo que estás observando en él o ella para ayudarle desde tus posibilidades. ¿Cuáles son los derechos a la salud mental en Colombia?
  2. Puedes solicitar una cita para ti. Una cita con psicología no es exclusivamente para las personas que están pasando por una crisis en su salud mental y emocional o para quienes ya tienen un diagnóstico. En el marco de un proceso de psicología podemos brindar apoyo, a través de estrategias para el manejo de crisis a amigos o familiares de una persona que está atravesando por un momento difícil.
  3. Si puedes, habla con esta persona. Dile que has notado cambios que te preocupan y que, si bien respetas profundamente su tiempo y sus decisiones, si en algún momento decide buscar ayuda estás ahí para brindársela. Dile; además  que, si en algún momento decide buscar a un profesional, tú puedes acompañarle.
  4. Cuida de ti. Sabemos que acompañar y estar pendiente de una persona que posiblemente está teniendo un problema emocional puede ser complejo y, en algunas oportunidades, puede ser difícil equilibrar tus propias necesidades al dar prioridad a las de él o ella. Para cuidar de otros debemos cuidar primero de nosotros mismos, así que es oportuno que tomes tiempo para cuidar de ti, manejar el estrés y cuidar de tu salud. 
  5. Define límites. Hay momentos en los que la situación es demasiado compleja, la persona no quiere iniciar un proceso, pero se está afectando de manera importante su bienestar y el de otros. Está bien decirle lo que está ocurriendo y manifestarle que, si bien respetas su autonomía él o ella necesitan pensar qué estrategias puede usar para mejorar la situación y que estás dispuesto a ayudarle, siempre y cuando tome acción. Salud mental en hombres: las aplicaciones móviles como alternativa

Si quieres saber más sobre cómo apoyar a  una persona que pasa por un mal momento, comunícate con nosotros y déjanos guiarte. Llámanos o escríbenos gratuitamente al 3330333588.

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